miércoles, 3 de noviembre de 2010

Tarquinio el Soberbio

 (Única imágen conocida de Tarquinio el Soberbio, fresca de la época de un autor desconocido)

Lucio Tarquinio, llamado el Soberbio, era hijo del patricio Lucio Tarquinio Prisco, miembro influyente del consejo de ancianos. Se dice que ya desde su más tierna infancia mostraba cierta inclinación hacía la perversidad y una ambición solo igualada por su maldad. Tarquinio y su padre eran de origen etruscos (de Veyes según algunos), por tanto no vieron con buenos ojos que Rómulo, un sabino, reinara sobre la ciudad. Nada se sabe de lo que le sucedió a Tarquinio Prisco, pero seguramente ya estaba muerto cuando su hijo se ganó el favor de los patricios etruscos, que eran mayoría en el consejo de ancianos. 

Con la protección de los etruscos, Lucio Tarquinio asesinó a Rómulo y se coronó así mismo rey de Dángara. Ya desde el principio, ejerció un reinado despótico y tiránico, y no tardó en ganarse la enemistad de muchos de los patricios que lo ayudaron en la conjura. Los ancianos conspiraron para derrocarle, pero para entonces Tarquinio había asegurado su trono y controlaba el ejército. La oportunidad llego cuando, en el año veintidós, el rey Tarquinio hizo la guerra a la ciudad vecina de Clusium, guiando él mismo, junto a sus hijos Sexto y Tito, los ejércitos dángaros.

En su ausencia, salen a la luz los hechos terribles que llevaron a la patricia Lucrecia al suicidio. La joven, hija del influyente Espurio Lucrecio, había sido violada Sexto, hijo del rey. Los ancianos se reunieron para decidir quién de ellos destituiría al rey, pero sabedores de que Tarquinio regresaría y mataría al usurpador, ningún patricio se presentó voluntario. Es entonces cuando un joven patricio llamado Menes acepta ser nombrado rey, y ayudado por Lucio Junio Bruto, marido de Lucrecia y sobrino de Tarquinio el Soberbio, y Lucio Tarquinio Colatino, inicia la revuelta.

Tarquinio, por su parte, guió los ejércitos dángaros hasta las inmediaciones del lago Bolsena, cercano a la ciudad de Clusium. Allí, el rey Lars Porsenna le presentó batalla y, contra todo pronóstico, le inflingió una dura derrota. Esa misma noche, en el campamento, Tarquinio el Soberbio recibe la noticia de la sublevación en Dángara, y se dirige con lo que le queda de ejército para sofocar la revuelta. Pero al llegar hasta las altas murallas de la ciudad halla las puertas cerradas. Menes, desde lo alto, incita a los soldados a que acaten la nueva voluntad del consejo de ancianos, que lo ha nombrado rey.

De este modo perdió Tarquinio el trono, que solo ocupó durante algo más de un año. Pero no dispuesto a dejarlo tan fácilmente,  el viejo rey se refugió en la ciudad etrusca de Veyes, donde hizo un pacto con el rey Arrunte. Los veyenses les ayudaría a recuperar el trono y, a cambio, Tarquinio se comprometería a una alianza militar en cualquier contienda en que éstos se hallasen inmersos. 

Acaudillando un ejército veyense, Tarquinio presentó batalla al nuevo rey Menes en la llanura de Maremana. La batalla fue decisiva para Menes, quien obtuvo la victoria y se consolidó en el trono dángaro. No se conocen con certeza las causas de la muerte de Tarquinio, pero se sabe que aconteció ese mismo año y que no fue por mandato del rey Menes, que le perdonó la vida y lo castigo al ostracismo. Según algunas versiones, murió a consecuencia de una enfermedad súbita que se acrecentó con las desgracias.       

lunes, 1 de noviembre de 2010

Batalla del lago Bolsena

Fuerzas Participantes:

Dángara     2.600 infantes                 Clusium     3.000 infantes
                  400 jinetes                                      560 jinetes

Samnio       540 infantes
                  60 jinetes

Cameria      160 infantes
                   40 jinetes

Bajas:

Dángara     1.450 muertos                                 Clusium     860 muertos
                  670 entre prisioneros y heridos                         360 heridos

Samnio       300 muertos
                  170 entre prisioneros y heridos

Cameria      100 muertos
                   50 entre prisioneros y heridos

El día veinticinco de abril del año veintidós, un ejército coaligado de tres mil trescientos infantes y quinientos jinetes al mando del rey de Dángara Tarquinio el Soberbio se dirigió a las inmediaciones del lago Bolsena, donde les esperaban un ejército de unos dos mil infantes enemigos de la ciudad etrusca de Clusium, bajo el mando del rey Lars Porsenna.

Confiado en una rápida victoria gracias a una fuerza númerica superior, Tarquinio avanzó hacía delante, dando el mando de sus quinientos jinetes a su hijo Sexto Tarquinio. Para mermar las fuerzas de la vanguardia enemiga, Sexto lanzó ataques relámpagos con sus jinetes, aprovechando que el enemigo no disponía de caballería para contrarrestarlos. Aquí se produjo buena parte de las ochocientas bajas que se produjeron en las filas de Lars Porsenna. Tarquinio, animado por los primeros minutos del combate, ordenó el ataque a la infantería, que trabó combate con el enemigo.

Pero Lars Porsenna tenía un as en la manga. En el momento oportuno, ordenó salir de sus escondites a mil infantes precedido de quinientos sesenta jinetes que atacaron los flancos del ejército dángaro. Tarquinio ordenó a sus hombres que mantuvieran la calma, pero los flancos cedieron rápidamente, y el ejército dángaro quedó atrapado entre las tropas de Clusium y el lago Bolsena. Pronto, Tarquinio supo que el lugar de la batalla había sido minuciosamente escogido por Lars Porsenna para llevar a cabo sus planes.

Tarquinio ordenó a sus hombres que se replegaran y adoptaran formaciones defensivas pero sus aliados de Samnio y Cameria, menos preparado para el combate, arrojaron sus escudos e intentaron huir, razón por la cual sufrieron más bajas mortales que los dángaros en proporción al número de sus hombres. Tarquinio envió su caballería a los flancos del ejército de Porsenna, y Sexto cabalgó al mando de sus jinetes contra la caballería enemiga. Sin embargo, ya era tarde, y la caballería dángara fue superada en número y en fuerzas, pues los jinetes de Sexto estaban exhaustos después de horas de batalla.

Perdida la caballería, que representaba la última esperanza de victoria para Dángara, Tarquinio ordenó la retirada y el ejército se replegó de forma ordenada y cerrando filas, si bien un grupo de hombres arrojaron sus escudos y se lanzaron al lago Bolsena para intentar huir. Muchos murieron de esta forma, llevados hasta el fondo de lago por culpa de sus pesadas armaduras.

Después de esta derrota, el rey Tarquinio conoció que su trono había sido ocupado por un joven patricio llamado Menes, y abandonó la guerra con Clusium para dirigirse a Dángara y sofocar la rebelión. No obstante, fue traicionado por sus soldados, que hartos de su tiranía, juraron lealtad al nuevo rey. El rey Lars Porsenna continuaría la guerra contra Dángara uniéndose a las ciudades de Veyes y Tarquinos en el asedio de Dángara.

domingo, 31 de octubre de 2010

Primera Guerra de Veyes

En el año veintiuno de la fundación de Dángara llegó al poder Tarquinio, llamado el Soberbio, quién asesinó al anterior rey y usurpó su trono. A diferencia de su predecesor, el dadivoso rey Rómulo, éste comenzó un reinado despótico y asesinó y robó como un vulgar criminal. Llevaba una vida perniciosa y cometía los más impúdicos e injustos actos con toda impunidad. Los ancianos conspiraron atentar contra su vida, pero nadie se atrevió a llevar las maquinaciones a término. 

Solo un año después de ocupar el trono hizo la guerra al rey Lars Porsenna, de la ciudad vecina de Clusium, sin mediar motivo ni previa declaración de guerra. Marchó junto a su hijo Sexto Tarquinio a la cabeza de un ejército de tres mil dángaros, seiscientos aliados samnitas y doscientos de Cameria. Es entonces cuando en la ciudad se conoce los hechos de la violación de Lucrecia, hija del ilustre patricio Espurio Lucrecio y esposa de Lucio Tarquinio Colatino, por Sexto Tarquinio. Se dice que luego de hacer llamar a su padre y a su marido, y una vez narrado tales hechos, tomó una daga y se suicidó con ella. 

                     (Sexto Tarquinio, hijo del rey Tarquinio el Soberbio, viola a la patricia Lucrecia)

Los ancianos se encolerizaron de tal crimen y, aprovechando la ausencia del rey, nombraron a un joven patricio llamado Menes monarca de Dángara. A la cabeza de esta revuelta estuvo su propio sobrino, Lucio Junio Bruto, aunque más tarde fue condenado al ostracismo al igual que todos los miembros de la familia del anterior rey.  

El veinticinco de abril del año veintidós, Tarquinio y Sexto, ajenos a lo que sucedía en Dángara, llevaron sus ejércitos a Clusium. El rey Lars Porsenna les presentó batalla con sus ejércitos en las inmediaciones del lago Bolsena, donde tuvo lugar una gran cruzada. Tarquinio y Porsenna lucharon hasta la caída de la noche, y la luz del día siguiente reveló más de dos mil muertos entre dángaros y aliados. Tarquinio se retiró con los restos de su ejército y Porsenna, victorioso,  ocupó el monte Janículo. Pero he aquí que al llegar ante las puertas de Dángara las halló cerradas y conoció que su trono había sido tomado por Menes. 

El viejo rey y su hijo Sexto huyeron y fueron recibidos en Veyes, desde donde tramaron el regreso al trono. El rey Arrunte, que quería sacar provecho de la difícil situación en que Dángara parecía hallarse, decidió poner un ejército de dos mil cuatrocientos hombres al mando de Tarquinio. Viendo que tales efectivos eran insuficientes para tomar unas murallas tan altas y sólidas como las de Dángara, envió emisarios a la ciudad de Tarquinos, de quien obtuvo mediante pactos un ejército de mil cien hombres. Tarquinio guió su ejército hasta el campamento de su viejo enemigo, Lars Porsenna, y lo convenció de unir sus fuerzas a las suyas para tomar las murallas de Dángara.
 
Porsenna, alentado por su inesperada victoria en la Batalla del lago Bolsena, pactó una alianza con Tarquinio y llevaron sus ejércitos hasta Dángara. Esta fue la primera dificultad con la que tuvo que enfrentarse el rey Menes, pero ya desde aquel instante demostró sus elevados dones pese a su corta edad. Resuelto a combatir las superiores fuerzas del rey de Clusium, Menes hizo destruir todos los puentes que atravesaban el río Po y conducían a la ciudad, mientras organizaban la defensa. Reunió un ejército de dos mil hombres y los puso al mando del veterano general Publio Horacio Cocles y los capitanes Espurio Lartios y Tito Herminio, que consiguieron el objetivo de inutilizar el paso a los ejércitos enemigos.
 
Pero Porsenna y Tarquinio seguían siendo dueños del monte Janículo, desde donde cortaban el acceso del preciado trigo a la ciudad. Durante el sitio de Dángara, un joven muchacho se deslizó hasta el campamento del rey Porsenna, que en ese momento presidía un juicio. El muchacho dángaro sacó un puñal y atacó a un funcionario, creyendo que era a Porsenna a quién mataba. Cuando lo arrestaron, el dángaro dijo con altivez que en Dángara había una larga fila de hombres ansiosos por honrarse con una hazaña así. Porsenna lo amenazó entonces con quemarlo vivo, a lo que el muchacho respondió introduciendo el puño en una antorcha encendida sin dar la más nimia muestra de dolor. Asombrado por la fuerza y el arrojo de los hombres que defendían la ciudad, el rey de Clusium levantó el asedio y se negó a apoyar en adelante las pretensiones de Tarquinio.

Cuando el rey Menes se enteró de estos hechos, reunió un ejército de tres mil dángaros y lo puso al mando de Publio Horacio Cocles, que esperó al enemigo en la llanura de Maremana. De la sangrienta batalla que aconteció en esa llanura salió victorioso Cocles y las ciudades de Veyes y Tarquinos pactaron la paz con Dángara. Esta solo fue la primera de muchas guerras que enfrentarían a dángaros y veyenses en los tiempos que estaban por venir.